5 señales de un compresor de aire acondicionado defectuoso y 3 consejos de mantenimiento

Por qué es importante su compresor de aire acondicionado

El compresor de aire acondicionado de su automóvil es el corazón de su sistema de enfriamiento y, cuando comienza a fallar, los efectos se sienten inmediatamente a través de ruidos, aire caliente y un rendimiento irregular.

Ignorar estas advertencias tempranas no solo genera incomodidad en los días calurosos, sino que también puede dar lugar a facturas de reparación elevadas y desagradables.

Cinco señales de que su compresor está fallando

1. Ruidos extraños en el compartimiento del motor: Cuando encienda el aire acondicionado, escuche si se escuchan ruidos de silbidos, rechinamientos o traqueteos: esas son pistas clásicas de que el embrague o los cojinetes del compresor están al borde de su uso.
2. Aire tibio: Si ha rellenado el refrigerante pero las rejillas de ventilación solo bombean aire tibio, es probable que el compresor esté perdiendo el control de la presión adecuada del sistema.
3. Manchas de aceite o silbido: La próxima vez que revise sus líneas, esté atento a las manchas de aceite alrededor de las conexiones de las mangueras. Si percibe un silbido constante o ve pequeñas burbujas de jabón al rociar las juntas, significa que el refrigerante (y el lubricante que mantiene todo funcionando) se está escapando.
4. Embrague peculiar o silencioso: Un embrague del compresor que no se acopla, se activa y desactiva de manera impredecible o emite un chirrido agudo generalmente indica un problema eléctrico o que se activa un corte de seguridad.
5. Enfriamiento intermitente: ¿Recibe ráfagas de aire frío mezcladas con ráfagas de aire caliente? Probablemente su compresor tenga ciclos cortos, a menudo porque las válvulas o sellos internos están obstruidos o desgastados.

Tres Consejos de mantenimiento

1. Encienda su aire acondicionado cada dos semanas

Dale una vuelta al aire acondicionado de tu coche al menos una vez cada dos semanas: déjalo encendido unos cinco minutos. Este pequeño hábito:

• Mantiene el flujo de aceite refrigerante y los sellos en buen estado y flexibles, para que no se sequen.
• Evita que las piezas metálicas del compresor se “suelden” entre sí cuando permanecen quietas durante demasiado tiempo.
• Evita pequeñas manchas de óxido en cojinetes y ejes, que pueden arruinar el buen funcionamiento con el tiempo.

2. Vigile la tensión de la correa

Mantenga la correa de transmisión del aire acondicionado firme, pero no rígida; considere que tenga la flexibilidad justa para flexionarse bajo presión, sin romperse. Como regla general, tire de ella con una fuerza de 8 a 10 kg (18 a 22 lb) para lograr la tensión adecuada.

• Tensión excesiva: una correa demasiado tensa sobrecarga los cojinetes de la polea, lo que hace que se desgasten más rápido de lo normal.
• Tensión insuficiente: si la correa está demasiado floja, se deslizará bajo carga, lo que ralentizará el compresor y reducirá el rendimiento de enfriamiento.
• Comprobación de torsión simple: Sujete la correa a la mitad entre las poleas y gírela aproximadamente un cuarto de vuelta (90°). Debe ofrecer cierta resistencia (ni girar libremente ni sentirse rígida) para confirmar que la tensión es correcta.

3. Esté atento a las fugas y rellene el aceite

De vez en cuando, revise el sello del eje del compresor y las conexiones de las tuberías. Un residuo aceitoso evidente indica una fuga. Repare según sea necesario y luego agregue la cantidad especificada de aceite de refrigeración siguiendo el procedimiento del fabricante para asegurar que todas las piezas giratorias permanezcan correctamente lubricadas.

Si presta atención a estas señales de alerta y sigue una rutina de mantenimiento simple, mantendrá su compresor de aire acondicionado (y su vehículo) funcionando de manera fresca, cómoda y confiable.

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